El olfato es un sentido que parece menos importante de lo que realmente es. Sólo nos damos cuenta cuando lo perdemos. La pérdida del olfato puede ser total y se denomina anosmia, o parcial, hiposmia.
No tener olfato puede afectar mucho el día a día de las personas, ya sea en el mundo laboral como en el cotidiano. No sentir el olor en alguna fuga de gas, si algo se está quemando, no notar una comida en mal estado, son cuestiones vitales. A nivel profesional un cocinero, un enólogo, un perfumista, que pierdan el olfato es para ellos un descalabro.
La pérdida del olfato es un síntoma habitual entre los afectados por el coronavirus, en un 55% de los casos, y que va acompañada también de la pérdida de gusto.
Parece ser que la pérdida del olfato no se produce porque el virus ataque neuronas del sistema olfativo, sino porque destruye algunas células nasales que permiten captar los olores.
Estas alteraciones pueden durar días, semanas y meses. Pueden ser parciales o totales y su recuperación puede pasar por varias fases antes de llegar a la normalidad, como presentar parosmias (olores diferentes de las cosas), alucinaciones olfativas, cacosmia (malos olores).
Desde su aparición, este nuevo coronavirus, debemos añadir a la larga lista de causas de pérdida del olfato. A comentar:
– Enfermedades de origen nasosinusal: rinitis, sinusitis, poliposis nasosinusal, tumores, …
– Infecciones virales respiratorias: resfriados y gripe
– Afecciones postraumáticas: después de sufrir un traumatismo craneoencefálico
– Otras causas: congénitas, tóxicas, medicamentosas, …
Cada caso, una vez diagnosticado, con una buena exploración otorrinolaringológica, endoscopia nasal, test olfativos, TAC o RMN, lo trataremos como más convenga, con antiinflamatorios nasales o sistémicos, antibióticos, antihistamínicos, … o incluso con cirugía, en casos de obstrucción por pólipos nasales, dismorfias del tabique nasal, hipertrofias de la mucosa nasal (cornetes) que no mejoren con tratamientos.
En el caso de la pérdida de olfato para Covid-19, una vez descartadas las otras posibles causas, se iniciará un plan de entrenamiento olfativo o rehabilitación olfatoria, si el problema persiste pasadas 3 a 4 semanas.
Este entrenamiento olfativo consiste en una rutina diaria de dos sesiones (mañana y noche) de unos 10 minutos de duración, haciendo oler diferentes aromas. Suelen ser aromas tradicionales como floral (rosa), afrutado (limón), especiado (clave) y resinoso (eucalipto).
Ante una pérdida del olfato es necesaria una buena exploración por parte del otorrinolaringólogo, con endoscopia nasal, pruebas de imagen, test olfativos, a fin de iniciar el tratamiento más adecuado. Para el caso de anosmia por Covid-19 el entrenamiento olfativo puede ayudar a recuperar el olfato en semanas o meses, cuando sin tratamiento podría tardar años.